sábado, 9 de abril de 2011

fase II - aceptación

Excusándome por el tiempo-no-escrito, está mi reflexión:
Cuando creamos este blog, cuando se nos ocurrió la idea, insisto que estábamos desamparados.
¿Entendés que el mundo tal cual lo conocíamos se derrumbó?
Entonces este era un método de descarga.

El tema, es que nos pusimos blanditos y usabamos más los mails para ponernos cursis mas privadamente que esto para expresar (y lo seguimos haciendo) lo mucho que te extrañamos, pero ya no es un tema grave.
A lo que voy con esto, es que ya lo 'aceptamos'.
¿Eso significa que te vamos a borrar o ya nos olvidamos de los tiempos vividos?
Ni-En-Pedo.
A ver si se entiende a lo que voy: todo esto es y fue un hecho irreversible, que pasó dolorosamente y fue horrible habernos tenido que separar; y simplemente no queda más que sonreír por los tres como siempre lo hicimos y esperar a que el tiempo pase, lentamente pase un año así nos volvemos a encontrar.
Como en la peli, como cuando dijimos que eramos capaces.

Siempre insisto que las cosas pasan porque no está la segunda opción de que no pase.
Es eso.
Como miles de hechos, quedó desprolija la unión de la mano invisible de la vida que se las arregla para que todo sea como estaba previsto, y se puede ver como se juntaron las líneas en un punto que simplemente tenían que juntarse -y eso es lo que se nota: que no estaba la otra opción de que no pasase-; digo: hay veces en las historias que queda tan oculta, que parece que las cosas pasaron de casualidad, pero este definitivamente no es el caso: de miles, de millones de personas, caímos los tres en el mismo lugar, buscando la misma contención y recibiendo el mismo cariño; de miles de personas pudimos hablarle al de al lado, pudimos frustrarnos y abandonar, pudimos mezclarnos en la multitud y nunca volvernos a encontrar-- pero eso no pasó jamás porque somos fuertes.

¿Saben? No todos los días se conoce gente para reir, llorar o emocionarse por las mismas cosas, no se encuentra gente apasionada, gente que da efusivamente sin esperar nada a cambio (y viceversa), gente con la que se puede hablar sin tener que esperar a ser preguntado, gente que sin dudar correrías una y mil veces a abrazar.
Eso es lo bueno de todo esto: que a distancia se mantiene el calor, a pesar de lo que dicen los demás pesimistas, se mantiene cerca al otro, para que se supere la distancia, para que se olvide el dolor que un día sentimos, para que se acepte como decía al principio, para que se tome lo que es y se sonría aun cuando la vida nos juega esas jugadas que hoy no se entienden.
Entonces al aceptarlo parece como que si estuviésemos cerca, porque lo estamos.
Estamos ahí para continuar compartiendo en vez de alejarnos de tristeza.

La única cagada es que el tiempo pasa de a segundos y eso no se acorta ni se alenta.
Sólo que estamos tan impacientes para darnos esos abrazos largos y duraderos que están en nuestras mentes, que a veces parece eterno, que entre medio de los minutos que no prestamos atención, se retrocede uno o dos números atrás para hacérnosla imposible.